25 abril 2010

T'introduire dans mon histoire...


La vida a veces es tan breve
y tan completa que un minuto
-cuando me dejo y tú te dejas-

va más aprisa y dura mucho.

La vida a veces es más rica.
y nos convida a los dos juntos
a su palacio, entre semana,
o los domingos a dar tumbos.

La vida entonces, ya se cuenta
por unidades de amor tuyo,
tan diminutas que se olvidan
en lo feliz, en lo confuso.

La vida a veces es muy poco
y tan Intensa -si es tu gusto...
Hasta el dolor que tú me haces
da otro sentido a ser del mundo.

La vida, luego, ya es nosotros
hasta el extremo más inmundo.
Porque quererse es un castigo
y es un abismo vivir juntos.


Jaime Gil de Biedma

19 enero 2010

Solidaridad con Haití














CANCIÓN ÚLTIMA


Pintada, no vacía:
pintada está mi casa
del color de las grandes
pasiones y desgracias.

Regresará del llanto
adonde fue llevada
con su desierta mesa,
con su ruinosa cama.

Florecerán los besos
sobre las almohadas.

Y en torno de los cuerpos
elevará la sábana
su intensa enredadera
nocturna, perfumada.

El odio se amortigua
detrás de la ventana.

Será la garra suave.

Dejadme la esperanza.

Miguel Hernández

CC.OO cuenta corriente para la recogida de aportaciones para la ayuda urgente que necesita el país.
Los ingresos se pueden realizar en la cuenta abierta por la Fundación Paz y Solidaridad Serafín Aliaga
2038/1001/38/6001114785

07 diciembre 2009

Te busco



... para Piedad







Sola yo, amor,
y vos quién sabe dónde;
tu recuerdo me mece como al maíz el viento
y te traigo en el tiempo,
recorro los caminos,
me río a carcajadas
y somos los dos juntos
otra vez,
junto al agua.
Y somos los dos juntos
otra vez,
bajo el cielo estrellado
en el monte,
de noche.
Yo, amor, he aprendido a coser con tu nombre,
voy juntando mis días, mis minutos, mis horas
con tu hilo de letras.
Me he vuelto alfarera
y he creado vasijas para guardar momentos.
Me he soltado en tormenta
y trueno y lloro de rabia por no tenerte cerca,
en viento me he cambiado,
en brisa, en agua fresca
y azoto, mojo, salto
buscándote en el tiempo
de un futuro que tiene
la fuerza de tu fuerza.

Gioconda Belli



10 octubre 2009

TIEMPO


La suya es una historia corriente;

no lee novelas románticas,

ni recibe flores con tarjeta.


La suya es una historia vulgar

enterrada en horas muertas

de diaria rutina.


La suya es una historia repetida,

agotó el tiempo de perseguir sueños

escondidos en botellas.


La suya es, como muchas historias,

un principio sin final feliz,

un final que busca un principio.


Ocultos tras lunas nuevas

se aferra el tiempo a sus párpados

cansados de contar derrotas.


MATE

17 abril 2009

ISTANBUL




Al llegar a Estambul sentí que todo me era familiar y acogedor; al marchar supe que me había quedado prendada de una ciudad diferente.

Cuando una ciudad es durante más de 1.500 años capital de hasta tres imperios, algo debe tener y algo le debe quedar. Estambul, Bizancio, Constantinopla... distintos nombres para distintas ciudades que se superponen en un prodigioso montón de historia y belleza; encrucijada de culturas, gentes y mares.

Istambul es sin duda una de las ciudades más hermosas e interesantes de Europa, ciudad que cautiva, un viaje que nadie debería dejar de hacer al menos una vez en su vida, como los buenos musulmanes han de ir a la Meca; perderse y embriagarse con el penetrante perfume de esta metrópoli.
Ciudad poliédrica, mística, pujante, cosmopolita… Estambul y sus palacios, sus harenes, derviches, minaretes, cementerios…

Su nombre me es familiar desde la infancia, en el colegio me enseñaron un poema “La Canción del pirata”, de José de Espronceda, aquél que dice, en su segunda estrofa: “Asia a un lado, al otro Europa, / y allá a su frente Stambul”.

Orhan Pamuk comienza su libro “ Estambul, ciudad y recuerdos” con una sencilla cita del poeta, también turco, Ahmet Rasim: “La belleza del paisaje está en su amargura”

Me faltan frases para explicarla, quizás por la cantidad de imágenes que me gustaría ver convertidas en palabras, o por la frustración al reconocer mis limitaciones para transmitir con toda fidelidad las sensaciones que produce una ciudad como esta.

Rasim y Pamuk, y tal vez buena parte de los estambulíes, saben de su paisaje que lo que realmente la hace bella e incomparable es su amargura. Pero una amargura que, lejos de entristecer, sobrecoge y nos hace sentir parte de algo increíblemente vivo.

Afirma Madame Stael “viajar es el más triste de los placeres”. Realmente comenzamos el viaje cuando nos creemos ya de regreso.